Presentación
del libro “Como el Protagonista de un Film Clase B” de Pablo Espinoza Bardi
A
partir de los estudios en torno al cine del filósofo francés Gilles Deleuze,
orientados al análisis de la ontología de la imagen a través de la tecnología
cinematográfica es imperativo sentar las bases ante la perversidad reflejada en
las páginas del nuevo libro de Espinoza Bardi. En resumidas cuentas el cine tiene
por misión engendrar imágenes – movimiento e imágenes – tiempo las cuales se
conjugan conformando un semántica filosófica propia. Después de todo, el cine,
como máquina/monstruo, es un mecanismo que posee la capacidad de establecer
semejanzas, compatibilidades o interferencias entre la realidad y los sujetos
que la habitan, entrecruzamientos y conexiones, ideas y afectos. Es en este
punto donde lo perverso cobra sentido, pues las propiedades de esta
máquina/monstruo, que es el cine, genera ilusiones de desplazamiento a partir
de la mera acumulación de imágenes fijas. ¿Cómo es posible que a partir de lo
inmóvil pueda surgir lo móvil? ¿Cómo es posible tener esa sensación de
protagonismo sin ser realmente el protagonista? El cine ofrece el simulacro de
un desplazamiento (del movimiento y el tiempo, antes mencionados) que, sin
haber tenido lugar, exige de un espectador que lo perciba, lo descubra allí
donde no existe, convocándolo mediante la falsedad de su funcionamiento mecánico.
El
imaginario de Espinoza Bardi se edifica en base a retazos de un cine mainstream
como también under, el género del terror, exploitation, suspense y gore,
brillan con una musicalidad propia de la narrativa del autor, que también juega
con versos prosaicos y misivas cargadas de una abulia patológica. La alteración
de la carne parece ser un leitmotiv casi divino, como si el hastío y odio
personal, fuera liberado en cada acto sangriento, a modo de redención. Los
personajes que pululan las páginas de este libro han cruzado el umbral de lo
moral, y conciben al mundo como trozos de carne, a merced de un egocentrismo y
de un discurso tanatológico que adquieren y ejecutan debido al mandato de un
ser superior de ficción, compulsivo por saciar el hambre de éxtasis y dolor.
“Como
el Protagonista de un Film Clase B”, es un texto que desde las vísceras sitúa
la pulsión de muerte como columna vertebral, generando un juego de evocación
perversa de placeres transmutados. Casi como una condena egocéntrica, los límites
del goce solo pueden ser manifiestos en la medida que se conocen producto de la
experiencia en si misma. Vida y muerte es símbolo de una espiral de tensión. La
pulsión de muerte, a modo de autoregulación, tiende volver al individuo vivo
hacia un estado inorgánico de reposo y quietud. Como dice la teoría
psicodinámica, tienden en primera instancia a la destrucción del propio sujeto
para luego, manifestarse en el exterior como agresión destructiva. En el texto
de Espinoza Bardi, la espiral de decadencia e intentos por justificar el acto
rabioso, se sublima en la creación de la videocinta Opus Mortem, que condensa y
materializa a través del cine la perversión máxima. La agresividad ligada a la
pulsión de muerte está íntimamente anudada con la función narcisista de la
imagen, en este caso del cine. El narcisismo quiere decir rivalidad y agresión,
en otras palabras, donde el goce narcisista se encuentra con la pulsión de
muerte. Considerando eso, ¿qué es lo que refleja esa pulsión de muerte? Refleja
que el goce que ha sido capturado por la imagen, aunque solo a nivel parcial.
Aquello que queda a la deriva es parte, en este caso de cada lector, que otorga
el símbolo que estime conveniente a cada una de las imágenes evocadas por este
Protagonista de un Film Clase B.
Daniel Olcay
Jeneral
Julio 2018, Arequipa
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