lunes, 12 de marzo de 2018

YONKION, UNA RESEÑA DEL BLOGSPOT DE GATOPISTOLA


YONKION DE OLCAY JENERAL, UNA DISTOPIA CERCANA por EDUARDO J.FARIAS ALDERETE
A Olcay Jeneral le conocíamos desde Asfalto_ editado por Cinosargo, un poemario distópico de buena factura. Ahora Cathartes Ediciones lo presenta con YONKION, el segundo título de la serie ROCKET PUNCH.

De entrada nos golpea con un texto introductorio acerca de un niño perro y la capacidad de reconocerse en el “estadio del espejo” un juego en que Narciso-niño perro-Autor y lector se ven envuelto en el reflejo de lo real y lo irreal. Suficiente para ser, un hermano, un hipócrita, un lector.

Y el efecto inicial no se hace esperar ya que estamos situados en el patio de un liceo y nos invaden mil y una imágenes de ese patio lleno de estudiantes, muchos de los cuales se sentían encarcelados en un sistema educativo deficiente, tiránico e ineficaz. Así   ingresamos al relato titulado _La plaga.

Número 27 (en la lista de asistencia) tiene unos compañeros, Shoble, Sushi y el Cabezón. Ante los deberes académicos y la correlativa disciplina, se encuentra el correlativo de la autoridad escolar dentro del establecimiento. En lo último  se desarrolla la acción. El número 27, alumno de un Liceo sin nombre procesado por el sistema que de todas maneras incide sobre voluntad escucha un estilo de música que el lector avezado o el melómano sin remedio emparentaria con el techno industrial o el EBM.

A este orden de cosas al que estamos resignados hay que añadir la ocurrencia de un hecho extraordinario Que enrarece el ambiente, el "Despertar Colectivo"  iluminó por sesenta segundos a la ciudad donde vive Número 27.


Es un fenómeno en el que no se especifica sus alcances pero que se intuye global y profundo en la condición humana. Lo demás está para el interés del lector.

_Fractales es la segunda parte de Yonkion. En un mundo en que lo biológico está sujeto a las modificaciones e intervenciones estéticas y orgánicas profundas que el cinéfilo  identifica  a la cosmovisión del film “Brazil” dirigido por Terry Gilliam.

El suceso de una pandemia en Latinoamérica que se manifestaba en una falla  sistémica total, llevó a un control férreo de la población y la pronta vacunación de la misma. La bio y nanotecnología está orientada a reforzar la inmunización de la población en general. Nuestro protagonista está siendo liberado en el Tribunal de Garantía donde había sido llevado por asediar un laboratorio de BYO Extensiones & Asociados. Las oscuras intenciones del protagonista frustradas por su captura desembocan en un deseo extremos de  matar a El linterna  quien le había entregado el dato de un camión portando órganos humanos sanos. Así comienza  esta espiral de droga, violencia y bajos instintos. Un desenlace rotundo, nos deja en la tarea de reflexionar en torno al pulso rápido con que nuestra sociedad se desenvuelve y el resultado de una evolución donde los valores morales van dejándose de lado.

YONKION, parece ser un anglicismo proveniente de la palabra junkie, un término que designa a los usuarios de las drogas, en especial la heroína.
YONKION.  Una narrativa hábil, breve y concisa. Recomendable a todo lector y en especial a los amantes de la ciencia ficción.

Reseña gentileza de gatopistola.blogspot.com

RESEÑA DE EL MAÑANA OSCURO EN EL BLOGSPOT DE GATOPISTOLA


EL MAÑANA OSCURO DE GONZALO FERNANDEZ BASTIAS: LA VISION RESULTANTE DE LA EVOLUCIÓN ARTIFICIAL por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE.
En Mañana Oscuro, la evolución del hombrees vista  desde una distopía al alcance de la mano, o más bien, del tiempo. La tecnología biológica crea seres híbridos compuestos  entre máquina y piel. A ratos la narración nos acomoda perfectamente en el ámbito del film Repo man del 2010 dirigida por Miguel Sapochnick. Los esfuerzos del hombre por cubrir la necesidad de trasplantes  de órganos o miembros derivan en una política de modificación íntegra del ser humano devastando la naturaleza esencial del mismo. Sin duda la  panorámica mundial expuesta por Gonzalo Fernández Bastías en Mañana Oscuro, no se aleja de las consideraciones económicas que pudieron provocar la decisión masiva de este hibridaje.

El título es una serie de relatos breves que van explicando cómo el ser humano en su sociópata obsesión por superarse a sí mismo y potenciar sus capacidades comienza a abandonar la esencia humana. Sobresale el texto “Genocidio” historia que enuncia lo feble de la condición humana-ciborg, en “Consecución”  la sique humana se corrompe a tal punto que deja entrever lo autodestructivos que potencialmente somos. Fernández Bastías nos entrega vistazos amargos a un orden mundial desnaturalizado  y nuevas castas socioeconómicas. La inclusión de monstruos conocidos, es decir, vampiros y hombres lobo “Lycan” provoca un contraste marcado con la nueva “forma de ser” humana. Como es de esperar surge un conflicto inherente al establecimiento de este sistema deshumanizado. El tono, las visiones, resulta al lector una especie de presagio al ritmo de los avances actuales.

Como en el pasado los relatos y la vigorosa narrativa de la ciencia ficción fue nominada como “de Anticipación” lo que nos adelanta el autor de Mañana Oscuro el punto exacto donde las sociedades consideran que nada es sagrado, que el sistema cimentado enérgicamente a la ciencia es capaz de cubrir toda necesidad, modificar todo proceso natural en una función específica y tecnológicamente útil al nuevo orden. Parece un futuro poco distante. La meta de alcanzar y conquistar los confines del universo requiere de una complexión humana-ciborg, para superar las limitaciones que impone las debilidades del cuerpo humano.

Este atisbo pesimista, conserva al momento de las conclusiones, las trazas innegables de la condición humana, que a la altura temporal de Mañana Oscuro, deja patente que aún no se deja atrás la esencia natural que a pesar de lo que suceda, mientras vibre el latido de un corazón tierno en sus fibras, carne y sangre, el ineludible deseo de combatir y oponerse subsistirá manifestándose.

La agilidad del texto acompañado por las impecables ilustraciones por parte de Alex Olivares hacen de este título de Cathartes Ediciones una obra dinámica.

Reseña gentileza de Gatopistola.blogspot.com

sábado, 3 de marzo de 2018

LA TABERNA DE INNSMOUTH Nº 1




por Vanessa Martínez Emma


La Taberna de Innsmouth Nº 1 es una publicación de CATHARTES EDICIONES del año 2017, editada en Arica, Chile, y diagramada por CATHARTES. Las ilustraciones y el diseño de portada a cargo de Alex Olivares.
            La Taberna de Innsmouth Nº 1 reúne a 26 microrrelatos, con 22 autores varones y 4 autoras. Del conjunto, nueve autores son de Colombia, Argentina, México y Perú. Siete escritores de Arica, y diez de distintas ciudades de Chile.
            Los micro cuentistas tienen un rango etario que va desde los 22 años la mayoría, y en menor número los que tienen más de 50 años, situación que destaca el carácter inclusivo de esta publicación.
             Cinco dibujantes, All Gore de Chillán, Cristián Cano de Buenos Aires, Argentina, Esteban Morales Calatayud de Arica Chile, Luis Naranjo de Antofagasta, Alex Olivares de Vallenar, y una ilustradora, Angélica Tapia de Santiago de Chile conforman el conjunto  de seis personas a cargo del material gráfico.
La óptima impresión del diseño de portada sobre fondo obscuro en el que resaltan personajes siniestros y títulos sugeridos, son anticipo de macabros relatos reunidos en este primer volumen que provoca su lectura.

BREVE HISTORIAL DEL MICRORRELATO

Desde los inicios de este milenio, y antes del fin del anterior, hemos asistido a la eclosión del microrrelato. Es posible señalar con propiedad que ha ido logrando el status que merece en los estudios literarios, por lo que podemos hablar con soltura de esta nueva “episteme”, este nuevo conocimiento, este nuevo saber que se va enriqueciendo a medida que se le cultiva más y mejor.
La minificción se caracteriza como tal desde los años 60, con auge en los 70 y los 80, y desde los 90 hasta nuestros días, estableciéndose el canon del microrrelato junto a la formalización de la estética pos moderna. Grosso modo, todo lo posmoderno es aquello que no se puede gobernar con reglas establecidas.
¿Qué entendemos por microcuento? Algunos autores prefieren decir microrrelatos porque el cuento se arma atendiendo leyes estrictas que le dan identidad. La palabra relato es más laxa, con una permisividad que le da el mismo lenguaje, esa arma blanca nunca inocente, como señala Juan Goytisolo. Este autor sostiene que el microrrelato se puede sostener en la palma de la mano, que tiene vida propia aunque conste de escasas líneas, y que en éstas, por muy exiguas que sean, pueden abrirse infinidad de mundos.
El armazón narrativo de La Taberna de Innsmouth Nº 1 responde a estos criterios. El volumen, en vez de infundir temor, ayudan a disipar las brumas del miedo, de la amenaza externa. De lo desconocido. Son microrrelatos que sacan al lector de la modorra y alertan de los peligros de andar dormidos por la vida.
De La Taberna de Innsmouth Nº 1 emanan los 26 microrrelatos aquí referidos, con diversidad de tratamientos aplicados por sus autores, los que depositaron en ellos una alta condensación semántica. En algunos son notorias las elipsis o supresión de datos para que sea el lector el que salve los vacíos de información. Las elipsis hacen que el relato se haga ambiguo a fin de que el lector “arme” lo que no se dice. Es el caso de Turno rotativo del colombiano Fabián Rueda Gutiérrez.
A otros relatos de La Taberna de Innsmouth los caracteriza la rotundidad por su final de impacto, de puñalada certera, por la súbita figuración conclusiva, como el relato Ellos, de Helen Garnica, del Perú.
Son de final súbito también:
Tradición familiar,  de Juan Jesús del Carmen, de Chile. Relato que suministra el cuento con elegancia y la parsimonia de un cuentagotas que deja caer una a una, pizcas de espanto.
Día de los difuntos, de la argentina Clara Gonorowsky. Una muestra de terror post morten, en un espacio del mundo onírico no convencional: aquí los muertos se permiten soñar.
El payaso Kuin, Kuin, Kuin, Kuin, una microficción de título onomatopéyico que suena a metal afilado. Cuando se dice que un microrrelato tiene un “final de puñalada”, un inevitable spoiler, es porque ha sido calculado para ese fin.
En este espacio se inscribe:
Cuero Viejo, de Diequ Alri, de San Felipe, Chile. Basado en el imaginario popular del sur chileno, parece, este breve y atroz relato, rico en descripción y sonidos onomatopéyicos de la insana deglución del cuero como entidad perversa.
La piedra con las marcas, de Cristián Salinas de Chile. Del imaginario mapuche, una muestra de una oscura deidad que puede vencer a la muerte.
El espectro negro, de Emilia Paz Salinas, de Santiago, Chile. El discurso crea realidades. El miedo también.
La bodega de la escuela, de José Araneda, de Arica Chile. Una historia de desaparecidos. Tal vez haya aquí una intra-historia. El imaginario explica el cómo de las ausencias. Pero de los desaparecidos de los que “nunca más se supo”, revela hechos históricos terribles de nuestro pasado reciente. Es una interpretación.
En todos los microrrelatos de terror mencionados, la muerte es tema que sustenta lo narrado, y surge como como acción unívoca al inicio o al término de la ficción. Como temática, es herramienta que hace pensar en qué instante y en qué lugar habrá de surgir, eficaz,  por la intención atroz de seres que palpitan, horribles, en la mente de quienes los han creado con el fin de atrapar al lector en la trampa sintética del texto. Así funcionan. Por la tensión que nos azota desde la, o las palabras iniciales. En Reapariciones, de Camilo Montecinos, la acción parte desde el comienzo:
— Lo mató hace siete años…en cinco palabras han transcurrido casi dos mil quinientos
            días desde que alguien, una mujer, en apariencia impune, cometió un asesinato.

   — …cansada de tantas humillaciones y golpizas… en seis palabras más un espacio temporal mucho más amplio da cuenta del porqué del crimen, y sitúa al lector en actitud favorable a la culpable de la muerte de su marido, o compañero.

El remate del microrrelato, seis palabras finales, manifiestan  las apariciones reiteradas del esposo a la hora que él acostumbraba a bañarse: justo a las seis en punto ¿Una situación imaginaria?... o quizás, esa alimaña de la culpa inserta en la conciencia que la devora, ad infinitum, en cada amanecer. El miedo instalado en tres líneas.
            Tenemos también los microrrelatos excéntricos que se alejan del centro establecido como lo convencional, excéntricos porque son ruptura de los moldes expresivos de su contenido.
En este ámbito destaca Kai Kai / Ten Ten, un texto reivindicador de identidad telúrica, de origen.
            Hiperbólicos y excéntricos son también los microrrelatos:
Un regalo inesperado, de Carlos Enrique Saldívar, de Lima, Perú, quien se remite al juego intertextual al incluir a Krampus, una criatura monstruosa que aparece en Navidad para  castigar a los niños que se portan mal.
Un lugar para descansar, de Gonzalo Fernández Bastías, de Concepción, Chile, es otro texto excéntrico, que acontece en un lugar no convencional, no conocido, en el que por desvíos periféricos, el protagonista satisface al final, la intención con la que se inicia el texto.
El palacio, de Jonathan Hernández, de México, otro texto excéntrico, cumple también con desvíos sucesivos de una realidad que presenta como placentera, para volverse, de inmediato, en sufrimiento y dolor. El remate final le da nombre a esa supuesta realidad.
Pesadilla, de Luis Toro Ossandón de Arica, resulta un texto fundacional con el juego paralelo de “lo soñado como real”.
Lo que pasó después del fulbito, de Oscar Calle Elescano, de Lima, Perú, se acopla como al texto anterior por su calidad de fundacional tétrico.
¿Fue una pesadilla?, de Servando Clemens, de México, es un texto desarrollado en el paralelismo de lo real y lo soñado.
Chacal, de Michael Rivera Marín, de Maipú, Chile, es un homenaje-parodia acerca de un crimen famoso en Chile. Hay un juego intertextual desde el paratexto (título), por asociación entre elementos conocidos y elementos de la tecnología de nuestros días, dando curso a una historia con nueva dirección, plena de ironía.
Las siete cabezas, de Indiano Lovera de Arica, Chile, es un texto paródico. Es una metáfora de la situación política y económica del país. Es una narración bisémica por la historia literal narrada, y la subyacente que se detecta de inmediato por la directa alusión.
El humor negro, la ironía, son elementos presentes en el corpus de La Taberna de Innsmouth, en el que hallamos cuentos de Navidad sustituyendo el discurso siempre bello y dulce que asociamos de inmediato al papa Noël o viejito pascuero, a los regalos bajo un árbol navideño, por otro que construye una realidad muy distinta. Los siguientes microrrelatos dan cuenta de la ruptura con el discurso habitual navideño:
El viejito del saco, de Fernando Gregorio Concha, de Curicó Chile.
El carbón, de Rodrigo Torres Quezada, de Santiago, Chile, plante un humor sardónico.
Un regalo inesperado, de Carlos Enrique Saldívar, de Lima, Perú, texto breve que también se inscribe en los cuentos navideños de horror.
Al humor negro, a las rupturas de realidades convencionales, un añadido de sexo y emprendimiento se manifiesta en el microrrelato:
  Cráneos de placer, de Julio Meza Díaz de Lima, Perú.
De todo el corpus de La Taberna de Innsmouth Nº 1 destaco, solo por inclinación personal, cuatro textos, todos de jóvenes autores de la ciudad de Arica, Chile. Comienzo  por los más breves:
En un ocaso, de Mattias Tello, apenas con dos líneas de texto. El autor logra la condensación  de un vasto universo de posibilidades en las tres palabras finales del relato. Hay aquí una sutil intertextualidad, un manejo de la evocación al prototiempo del arribo hispano a nuestra América, para concluir en ambigüedad, en el no saber el cómo del hundimiento ni  a quiénes refiere.
Reapariciones, de Camilo Montecinos de Arica, ya aludido antes, quien, en tres líneas nos sitúa en una ambigua realidad.
Echémosle la culpa al mandinga, dejó pasa’o a azufre y ni avisó, de Daniel Olcay Jeneral, de Arica, nos induce a una breve lectura de cinco líneas: de lo bueno, breve. La expresión de la maldad en su grado pleno de inocencia es manifiesta en esta minificción. Extraña combinación del amor filial y el mal. Un plus de inocente perversión, cabe aquí el oxímoron, en la última línea.
Padre Nuestro, de Esteban Morales Calatayud, un excelente texto  de narración verbo-icónica que resemantiza en una sucesión de viñetas, la oración cristiana secular. El paratexto del título que anuncia al relato, con apenas una notable variación da vuelco esclarecedor al conjunto. En el globo de la viñeta décima, en vez de solicitar…“no nos dejes caer en tentación”…el monje arrodillado suplica “déjanos caer en tentación”. Es el único cambio en la secuencia original. Este microrrelato visual, además de su función ideológica, es manifestación transgresora de lo convencional religioso cristiano, y presentada con criterio cinematográfico por el manejo del encuadre para distintos planos en un mismo espacio: plano general del personaje (el monje), planos de detalle los más, dos planos en picada  de la cruz siempre vista desde atrás. La totalidad la advertimos resemantizada, con fuerte carga de dramatismo. Las imágenes, contribución eficaz por la figura retórica de la alusión, nos refieren al Cristo crucificado que un plano panorámico desmiente con la efigie frontal de quien cuelga, sangrando en toda su fragilidad, de la cruz. Las cuatro palabras finales del Padre Nuestro, en tres íconos, cierran las secuencias mortales del monje, y de la oración religiosa transgredida, como ácida crítica a la simbología cristiana, la que sin desprenderse de este criterio pasa ser entendida también como expresión de violencia de género.
Los microrrelatos reunidos en La Taberna de Innsmouth Nº 1, revelan un mestizaje genérico por el reciclaje del material de sus construcciones, y por la heterogeneidad de sus textos. Hay destreza autoral en el manejo de la tensión y el misterio, y en el ajuste a la brevedad en cada procedimiento. Estas características  consagran al microrrelato como género fronterizo a otras formas narrativas y otros tipos de discurso. En este volumen, el terror hace la diferencia.
Todo posible lector, activo lector  de La Taberna de innsmouth Nº1, tiene ante sí una diversidad de imaginarios en los que actuará como co-partícipe y co-creador para disfrutar, con intensidad, de su inquieta lectura.

YONKION

Yonkion,  de Daniel Olcay Jeneral:
El amanecer del «ciberlumpen»

- por Dr. Manhunter


YONKION —entiéndase este concepto como la cruza bastarda e infame de: «yonki» (adicto), «junk» (basura) y «junkions» (que evoca a la raza de robots compuestos en su mayoría de chatarra y desechos tecnológicos de la serie animada de los 80’s: Los Transformers)—, es el “común denominador” que refleja el rumbo inminente que ha tomado la sociedad en el tercer mundo. La adicción a una tecnología violenta e invasiva; poblaciones que se saturan cada vez más de inmundicia; el avance de la medicina y la ciencia que no significan nada en comparación a la explotación laboral y del mísero sueldo que recibes a fin de mes; el crimen propagándose como el hongo en las paredes; las “tomas ilegales” de terreno que se expanden en los áridos cerros que cercan la ciudad, y frustrado, vas pateando con rabia; piedras, cráneos de perro y placas madre en el polvo eterno de nuestro desierto, mientras los grandes señores de las corporaciones miran con desprecio desde sus butacas cromadas. Desde lo más alto de un futuro distópico.

Al releer una y otra vez la obra de Daniel Olcay, a través de mis audífonos se reproduce aleatoriamente temas de MegaDrive y CyberCorpse, entre otras bandas de este género musical llamado; “retrofuturista”, e imagino la siguiente escena, algo cotidiana, en este vasto terruño de polvo y arena llamado: Norte de Chile.

»Cada domingo te diriges a la feria del agro con tu familia para abastecerte con lo básico de la semana. Mientras tu pareja te habla del aumento de “lanzazos” y “cogoteos”, y de cómo la pasta base cada vez condena a los jóvenes convirtiéndolos en zombis, tu hijo; conectado casi de forma umbilical a la tablet o computador personal, se envía constantemente links de descarga con sus amigos, preferentemente; música y pornografía, bajo la identidad de algún avatar nacido del cine o del comic. Como es costumbre, te das una vuelta por la “feria de las pulgas” para ver qué cachureos puedes encontrar: libros, herramientas, vinilos, vídeos cassetts, juguetes de antaño, ropa americana y prótesis de segunda mano; como caderas, extremidades y espinas dorsales, o cualquier tipo de tecnología a bajo costo. Cosas normales que tu “caserito o caserita” predilecta obtiene de los llamados: Recolectores Rojos. Si tienes suerte, por lo bajo, puedes encontrar el dato de alguien que haga trabajos de cirugía, ya sabes; implantes a la carta o modificaciones express, aunque la última vez no tuviste suerte, pues tu organismo no asimiló la prótesis biónica del antebrazo derecho, rechazándola a los pocos días. La fiebre y los estertores producidos por esta: mecha-infección (por decirlo de alguna manera), te lanzaron a la cama por más de una semana. Pero hace poco te dieron el dato que la caserita que se pone afuera del agro trae “merca” de la buena, de los sobrantes de hospitales… con suerte, de alguna marca tipo prime.

De esta forma, Olcay nos entrega —a través de un oxidado USB conectado directo a la médula—, cuatro potentes textos que nos muestran el fracaso como sociedad gracias al abuso de la tecnología, la que como un carcinoma, consume a paso acelerado cualquier vestigio de humanidad, con el fin de transformarnos en gigabytes, en simple “información” reutilizable para la demanda del mercado —entiéndase el cuerpo del ciudadano común y corriente como “materia prima” para el abastecimiento y requerimiento de las familias bien, de las ABC-1, esas que viven soberanas sobre la costra larga y angosta llamada; “patria”—, porque de palabras del propio autor, y como eslogan corporativo que profetiza un fin inminente para nosotros, o sea, los borregos carne de cañón, nos dice: «la materia no se crea ni destruye, se conserva». Así que, una vez aclarado esto, sumerjámonos de una vez por todas en la imaginería de Olcay, y déjese llevar por la máquina, los circuitos y la violencia. 

EL MAÑANA OSCURO

UN BREVE ACERCAMIENTO DE «EL MAÑANA OSCURO» AL CINE.

- por Dr. Manhunter




«El Mañana Oscuro», de Gonzalo Fernández Bastías, transita en el terreno distópico de la sociedad, la cual es controlada por la tecnología y las máquinas. Aquí, la humanidad se ve subyugada ante este “Futurismo Negro”, el cual, de manera indirecta, ya hemos visto en el cine: Contaminación, decadencia urbana, la presencia persuasiva de computadoras, corporaciones con acceso a grandes tecnologías, máquinas que reemplazan funciones vitales en el organismo; Cyborgs, Androides, son sólo unos cuantos ejemplos de lo que encontraremos en esta obra. 

Si bien, ejemplos clásicos como «Metrópolis», de Fritz Lang (1926), o la aclamada «Blade Runner», de Ridley Scott (1982), versión libre del libro de Philip K. Dick; «Los androides sueñan con ovejas eléctricas», nos une con ese futuro distópico, donde la decadencia y las grandes organizaciones o corporaciones dominan nuestras vidas. «El mañana Oscuro» nos acerca más a ese Futuro Negro ya controlado por las máquinas. Una aproximación directa sería «The Terminator», dirigida por James Cameron (1984), donde las máquinas, algunas cubiertas con tejido vivo o sintético, han sido programadas para la aniquilación de la humanidad. Otro acercamiento sería la película «Robocop», dirigida por Paul Verhoeven en 1987, en la cual, el martirio del protagonista trata de asimilar ese cambio categórico y psicológico en su vida, y de palabras del propio director, la compara con la vida de Jesucristo, pues nos dice que se trata de un sujeto que muere, resucita y se transforma en un salvador. La fusión del hombre y la máquina. Soma y metal. Como en el corto (Mockumentary); «Metalosis Maligna», en la que vemos el crecimiento exagerado de los implantes metálicos debido a una infección, nos acercan a esa “realidad” la cual nos muestra Gonzalo Fernández Bastías. Otras películas del género, como la obra maestra de Shinya Tsukamoto; «Tetsuo de Iron Man», de 1989, juegan con ese tipo de “infección”; la de la carne y el metal, llevada quizás, a un grado de posesión de la misma, donde el protagonista, conocido como el “fetichista de metales”, tiene la desequilibrada manía de clavarse pedazos de metal en el cuerpo. Más adelante, después de sufrir un accidente, comenzará a sufrir extraños síntomas en su cuerpo, y como una enfermedad, surgirán de su cuerpo protuberancias metálicas en cara, torso y extremidades, lo cual irá cambiando la psicología del personaje, hasta desear un mundo gobernado por el metal.

Si bien, existen infinidad de películas que nos aproximan a este género, la animación japonesa ha sido un gran aporte, con películas clásicas como: Akira, Armitage, Ghost in the Shell, Ergo proxy, Lain, Alita: Battle Angel y Genocyber, entre otras, nos seguirán deleitando con la exploración de este género, el cual tiene asegurado una larga vida.

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  ¡Hola Catharteanos! Queremos compartir con ustedes un video que ha desarrollado Ricardo Segovia, coordinador general del proyecto: “Conver...